jueves, 31 de diciembre de 2015

Acto XVIII: Aqui, mendigando


Aquí, con mi vaso no desechable que ha estado conmigo en más ocasiones importantes que quienes “me quieren” (honestamente y en este punto de mi vida, no sé quien me quiere o quien solo intenta hacerlo), he tropezado tantas veces que ya no tengo sensibilidad en los dedos de los pies, no considero que sea algo bueno, pero al menos no siento dolor y eso es lo que importa.
No puedo asegurar mi estado de ánimo, sigo neutro como siempre, para mí es un día normal donde estoy solo en casa mientras la otra parte de mi familia se divierte en los gajes de la dominicanidad y sus festividades, aunque para ser sincero, estoy medio harto hasta de mi; sé el rumbo que tiene mi vida, el cual me gusta bastante, pero que hay mas allá? Siempre que logro mis metas me siento medio lleno y medio vacío, es una dicotomía demasiado fuerte, lo sé, pero soy yo quien expresa aquí, no tu quien me lees y recuerda que no me importa si lo haces.

Siempre seguiré siendo un joven indecente, carente de muchas cosas de forma interna y con una sonrisa bastante falsa en la cara, refugiado en cualquier cosa que me mantenga la mente ocupada, aburrido soy demasiado necio.

Me cuestiono demasiado a diario con respecto a todo, mi vida se basa en múltiples preguntas y en eso se me va el tiempo: en tratar de responderlas; muchas veces encuentro las respuestas y cuando no, el resultado me frustra demasiado, obviamente no van a saben cuando esto pase, solo pasa cuando estoy solo y ahí es justo donde radica mi problema…

Siempre he podido tener lo que se me antoja, siempre he podido ser quien quiera ser, siempre he querido aceptar mis problemas internos de confianza hacia los demás, por eso siempre me siento solo, porque nunca dejare que nadie pase este escudo (así lo llamo Prytania, mientras me decía que no sirvo), puedo servir para muchas cosas menos para dejar mi costumbres mi eterna nada, quizá quien lea esto se pregunte sobre lo que quiero dejar dicho, pero sepan que yo si lo sé y les dejare saber que es: me siento solo.

No suelo aceptarlo, solo cuando realmente me siento solo y lo acepto para mí mismo, no para que otros sepan que me siento solo, no me gusta la idea de que sientan lastima por mí, por eso mi idea perfecta de morir es la de un perro, que se va de casa para morir donde le llegue la hora, no me gusta la idea de personas llorando por mí, no merezco sus lagrimas aunque quieran dármelas, me entristece el egoísmo el hecho que no me dieron esas lagrimas cuando saque una sonrisa de sus adentros, por eso me siento solo, por hacer reír a todos y nadie se esfuerce por hacerme reír a mí, no es que lo necesite, pero es como cuando te encuentras dinero en un pantalón, nunca está de más tener algo extra, pienso seguir llenando mi vida de desconexiones voluntarias, no me hace falta siempre estar ahí, pero como recuerden la analogía del dinero unas líneas más arriba, ahora mismo no sé lo que soy, solo sé que respiro y que este trago está muy bueno, quiero llenar mi soledad con alcohol, por que no? Es válido, siempre es válido el alcohol, quizá si tuviera un gato seria un poco más feliz y me sentiría menos solo, pero creo que mi gato haría lo mismo que los gatos de Lissa Simpson y morirían cuando les muestre cariño, quizá eso mismo pase conmigo cuando muestro cariño, muero un poco o muero completo, realmente no sé.

Como ese cactus en el medio del desierto que no necesita agua para sobrevivir pero de cuando en vez no se queja cuando la lluvia moja sus espinas, que se alegra cuando cae la noche porque podrá creer que podrá soñar con que todo a su alrededor actualmente vacio se podrá llenar, aunque sea con personas que no aprecien sus espinas, pero sabrá que hay alguien ahí, por lo menos una persona se tomara la molestia de admirarle y aunque esto no pase, tendrá su soledad, sus espinas y sus sueños, fuera de la realidad, pero siguen siendo sueños y solo los diagnosticados saben que sueñan despiertos, podemos seguir imaginando que soñamos cuando nadie nos ve, pero quien nos ve? Quizá Cotard, pero debe estar muy ocupado en sus asuntos.

No les desearé un feliz año nuevo, ni yo lo tengo y no puedo desear o dar lo que no tengo, pero si les quiero aconsejar algo: aunque sea banal, sonrían, no saben a quién le pueden también alegrar el día aunque sonrían con los dientes y el cuerpo lleno de espinas, sean ese cactus cuando nadie los ve, sean quien quieran ser cuando estén rodeados.

No sé qué tiempo estaré con ustedes siendo quien siempre he sido, solo les pido que sepan ser.

Y no, no tengo ideas suicidas ni mucho menos, me falta demasiado por vivir, solo me molesta el hecho de ser quien siempre se sacrifica y coge el disparo el pecho por el equipo, realmente me estoy hartando de seguir con esta práctica y el día en que realmente lo haga, nadie se arrepienta de mi decisión, porque siempre que tomo una decisión aunque me duela y desgarre mis pies, es el camino que elegí.  

Borrón 29/12/14

 

Anexo:

 

Sigo haciendo lo mismo un año después de haber escrito esto, debería de comenzar el cambio en este preciso momento, porque ya no me da miedo el cambio, pero aun duele y el dolor no es mi fuerte aunque lo sepa controlar…

Quienes me “conocen” saben de qué estoy hablando, engorden a su demonio así como está el mío.

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