lunes, 28 de diciembre de 2015

El fin (o el principio)

una nube oscura que cubra todo el cielo
Un trueno tan fuerte
Que rompa todos los cristales
Y dispare todas las alarmas
Una lluvia ácida
Que nos arranque la piel
Y nos purifique
Un temblor que sacuda los cimientos
Que caigan las torres como castillos de arena
Que los servidores se apaguen todos a la vez
Que el mar se levante hambriento
Y devore montañas y valles
Que del núcleo de la tierra emerja el fuego más puro
Y luche a muerte con las olas
Que los dioses jueguen la última partida
Que decidan la suerte del maldito universo
En una noche de orgía y poker
Que se desnuden y enloquezcan
Que se embriaguen como putas
Que lloren, que giman
Que escupan polvo de estrellas
Que pierdan la memoria
Si es que alguna vez la tuvieron
Que la nada se canse del silencio
Y grite tan fuerte
Que el mismo tiempo se detenga
Que se desdibuje el horizonte
Que todo se funda y gire en el vacío
Todas las almas
Toda la historia
La escrita y la ignorada
Las cruzadas, las conquistas
Los genocidios,  las guerras
Los amores y odios
Los perdones, las mentiras
Los libros sagrados, los miedos
Los santos padres, los parias
Los elegidos, los proscritos
Las musas, los poetas
Los smartphones, las pastillas
Los 'Likes', los 'retweets'
Los sueños de árboles que sangran
Lo que callamos
Lo que escribimos
Lo que perdimos
Lo que creimos tener y nunca fue real
Los demonios que cantan como niños
Para hacernos sentir confiados

Entonces, solo entonces
Seremos libres
Flotando en un espacio sin nombre
Sin pretensiones de eternidad
Sin el recuerdo de...
Nada
Sin soledad

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