Quien me
vio llorar fue mi gato…
En esas
noches donde no sabía quién era yo o si estaba poseído por el alcohol o de algo
más que sabia me haría daño pero como sea le daba por poder dormir, por esas
noches donde no sabía si aceptar que ya soy padre de mi propia desilusión y que
no pude cumplir ninguna de las metas que me puse para cumplir durante el año en
curso, por esas noches donde solo la obscuridad me habitación me cuidaba y no sabía
si reír o llorar, quien me vio llorar fue mi gato.
Ese estúpido
felino que estuvo conmigo cuando nadie más tuvo los ovarios de estar, ese rubio
angora que aun me acompaña desde la escalera hasta que abro la puerta,
independientemente si me tomo mi tiempo en abrir la puerta, quien me escucha
aunque no me entienda o al menos eso pienso yo, se merece todos los honores de
mejor amigo, ese felino que me maúlla aun sabiendo que por más malo que llegue
a la casa sabe que tiene comida en su plato y agua, es aquel que me recuerda
que debo seguir vivo para seguir compartiendo con él y obviamente cuidándolo,
si el supiera lo mucho que lo quiero y que aprecio que me deje saber cada noche
que llegue borracho que me está esperando en el borde la escalera, para que
sepa que no estoy solo…
Quien me
vio llorar fue mi gato y sé que seguirá viéndome llorar, mientras te recuerde…
Seria egoísta
de mi parte decir que no te extraño, seria egoísta de mi parte decir que no
quiero volver estar contigo, seria egoísta de mi parte que no me hace falta el
olor de tu piel, seria egoísta de mi parte decir que no quiero volver a
intentarlo, seria egoísta de mi parte no dejarte volar, seria egoísta de mi
parte no dejarte salir del nido, seria egoísta de mi parte que solo te quiera
para mí cuando ya no quiero empollar tus huevos.