jueves, 11 de agosto de 2011

Acto X: Mis Flores De Cizaña

Celebremos en el jardin de los lamentos, donde las flores no tienen
color! Los arboles venden su sombra, el cielo negro cubre el sol a
sus ojos y el despecho de un renacer los hizo despertar bajo una
cegante luz que durante todo este tiempo los lleno de misterios. Estos
jardines nunca estuvieron tan florecientes y a la vez tan llenos de duda, he
cuidado de cada capullo con la devocion de un pastor por sus ovejas,
he defendido mi posicion con dolor, como el lobo al que se escapa su
presa y me he ganado el regalo de la desconfianza puesto que la lluvia
no me ha ayudado a germinar algunas semillas. Donde esta esa lluvia
que deberia cubrir mis ojos y hacer que mi jardin sea admirado por
todos? Donde esta esa gota de vida que debe crear en mi la felicidad
de verlos crecer un poco mas? Sembre el caos en muchos de esos
capullos y ahora me miran con la mirada endemoniada, respiran mi aire y
contaminan mi mente con falsas esperanzas, he de cortarlos uno por uno
hasta que no quede ni la raiz de su amor! Alimente mis pensamientos de
rojas ilusiones y me odio por el frio gris de mis ojos al no verles en su
color verdadero, los voy cortando de un tajo sin piedad para que no
sigan mirandome con esos ojos llenos de rencor. Mi bello jardin, tan
bello y vacio de gozo, creciendo en esta tierra esteril... Pero no
teman, todo esto lo hago por mi amor y he decidido hacerlos pagar por
mi tiempo y dedicacion. Por mi valor a ser grande entre ustedes
pequeños que aun son tan debiles que no conocen el sufrimiento;
encendere el fuego con el gozo de un anarquista, los vere quemarse
lentamente y reire al verlos sufrir y caer como crecieron. Tan llenos
de dudas y criados en el yugo de un amor sin aval, lamento ser yo su
creador que los suprima de esta forma tan ortodoxa, el fuego
purifica, y si no mueren seran mas fuertes, pero deben de saber que
los amo y por eso los estoy matando... El hombre mata todo lo que ama.
Recogere cada ceniza de sus cuerpos, exparcidas por el negro suelo que
los vio crecer. Asqueare la hora en la que los plante en este suelo a
las sombras del arbol de la duda. Buscare la forma de hacerlos
desaparecer aunque vuelvan paulatinamente a crecer, ya que son malos y
los malos nunca mueren. Ahora ire tras de ustedes y los dejare
olvidados en el viento, olviden mis palabras sobre lo hermoso que eran.
Encontrare la fuerza necesaria para hacerlos polvo y sin tener que
mezclarlos con mis secas lagrimas caminare sobre sus cabezas y me
cantare en su funeral con el coro de mil gotas de sangre que seran
derramadas por ustedes, ahora que ya estan muriendo... Es hora de
encender mi cigarrillo y disfrutar su apocalipsis al compas de esta
dulce copa de vino.


Por ustedes mis hijos, brindo por su muerte y desdicha, maldigo a
todo pulmon el haberlos criado de mentiras y por haber acabado con
ustedes de esta forma.

Adios.

1 comentario:

Alucard dijo...

Bastante interesante.