miércoles, 25 de agosto de 2010

Acto VII: Miseria.

Como toda creación humana su defecto es básico y predecible...

Estos recuerdos que alimentan mi hambre, esta debilidad misericordiosa de carne y la belleza de mi maldad son la ultima voluntad de mi sed. Reflexionando entre el subsuelo y tus sueños, apreciando el sabor de las notas del corazón, el odio se engrandese ante la razón, donde queda el reflejo de una sonrisa es donde un niño clama por atención. Visible e innegable nobleza, has de mi un arbol caido, una duda fluctuante, una respuesta sin pregunta o simplemente una pregunta sin palabras en la boca.
irrelevante y vacia.

Humano perfumado en piel humeda y nacido bajo el yugo inocente de un pecado obtuso, deja tu huella a la sombra del sol... Asesinos de los templos sal, maduren sus vinos en mi sangre, quemen las fichas de cristal en cada paso del juego de ajedrez, naveguen en las aguas turbias del gran saber y gozen en su agonia de la gaviota en alta mar.

Son las llagas el pez la respuesta al sol en su eterno viaje a la profundidad del corazón?

....Aun sigues caminando en el desierto?

Aun extrañano besos el ser se piensa a si mismo en la caminata vital que jamas sera terminada en una gloriosa exsanguinación.

Mendigos voluntarios o las ofrendas de miel no han sido tan buenas para despertar tu eterno coma..

Despierto, consciente, egoista y sin venas...

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